Mi reflexión de hoy, 27 de mayo de 2013

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Hoy me gustaría contaros una historia, una historia real, por supuesto con el consentimiento de la protagonista.

Hace ya algún tiempo, vino a verme una persona a quien conocía por terceros. En aquel momento ella tenía 33 años y recurrió a mí por un problema que tenía y le afectaba en varias facetas de su vida. En principio “sólo necesitaba ganar un poco de seguridad para afrontar correctamente su vida”; eso era lo que ella decía, lo que ella pensaba.

Tras varias sesiones trabajando, “indagando” en su personalidad, sus emociones, sus complejos, sus aspiraciones, sus motivaciones,  ambas coincidimos en que el problema era algo más profundo y estaba más arraigado de lo que ella pensaba.

Era fundamental aprovechar toda la energía y ganas que ella posee y canalizarlas adecuadamente; empezamos a trabajar cambiando la estrategia que había planteado en un principio. No podría adquirir toda la seguridad que ella necesitaba porque estaba muy lejos de llegar a quererse y aceptarse. Hubo que trabajar en varias áreas:

  • A nivel Competencial: Nos centramos mucho en aquellas habilidades que le iban a hacer ganar seguridad en sí misma
  1. Autoestima: para que fuera capaz de ver su valía.
  2. Habilidades Interpersonales: para que pudiera disfrutar de las relaciones con otras personas, olvidándose de todas sus frustraciones, muchas de ellas basadas en ideas infundadas.
  3. Cambio de Actitud ante la vida: enseñarla a valorar lo que tenía y a disfrutar de ello.
  •  A nivel de Aspecto físico: Esto fue algo que no se esperaba, pero que había que trabajar y que realmente funcionó:
  1. Cambio de Look
  2. Cambio de estilo en su vestimenta
  3. Algo de Protocolo

Yo, como profesional, tenía una ventaja, ella tiene una excelente capacidad para asumir y adaptarse a los cambios, por lo que el proceso fue muy satisfactorio.

Tras varios meses de mucho esfuerzo por su parte, he tenido el placer de vivir directamente y poco a poco una gran transformación; un cambio que le ha permitido ser aquella persona que  soñaba con ser. Ahora “pisa fuerte” y sabe que conseguirá aquello que se proponga; para mí, es una mujer admirable por su valía y todo lo que ha superado.

De esta historia me gustaría extraer una reflexión, mi reflexión de hoy: es importantísimo tener un objetivo claro, en el momento que lo encontramos, podemos dirigir todo nuestro esfuerzo a lograrlo. Todo es posible.

Ha sido un placer C.P.

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4 Comments
  • Carol
    Posted at 14:38h, 27 mayo Responder

    Sin palabras…, muchísimas gracias por todo, ya lo sabes. Un beso

  • ester
    Posted at 17:19h, 21 noviembre Responder

    ¿ y qué pasa cuando no tenemos un ” objetivo”? es muy duro oír siempre lo mismo sobre el objetivo y el sentido de la vida, como encontrarlo? Podrías publicar algo sobre esto?

    • Emma Trilles
      Posted at 19:30h, 21 noviembre Responder

      Hola Ester, mi próximo artículo tratará de cómo fijar objetivos que nos ayuden a darle sentido a nuestra vida. Muchas gracias por tu sugerencia.

    • Emma Trilles
      Posted at 13:53h, 22 noviembre Responder

      Hola Ester, espero que mi reflexión de hoy te pueda ayudar.

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