13 May Vacaciones. Más tiempo en pareja. ¿Te apetece?
Os confieso que me es imposible no observar el comportamiento de las parejas en periodos vacacionales/estivales. Es curioso analizar el porqué hay algunas que verdaderamente disfrutan en esas fechas y por el contrario hay otras que lo viven como un auténtico suplicio.
Llegado a este punto, me resulta necesario diferenciar tres tipos de parejas, aún habiendo muchas más: las que se han unido recientemente, parejas consolidadas sin hijos y parejas con hijos pequeños.
Generalmente, las parejas que se han formalizado hace poco tiempo son de las que más disfrutan de estos periodos: la fase de enamoramiento está en pleno auge; las cosas positivas se exageran, idealizan, tienen muchas ganas de descubrir a la otra persona, de compartir y vivir cosas nuevas con ella; por otra parte, la pasión alcanza niveles máximos. Sin duda, hay un interés mutuo de no decepcionar, por lo que se cuidan mucho las palabras, los comportamientos, los detalles… Estas parejas buscan destinos románticos y generalmente optan por viajes cortos, por el riesgo que pueda haber al pasar mucho tiempo juntos y/o poder descubrir aspectos en la otra persona que no les agraden; suelen organizar el viaje con actividades lúdicas y de diversión. El objetivo es conocerse y disfrutar de los días de relax y, sin duda, la mayoría de ellas suelen lograrlo.
Por otra parte, están las parejas consolidadas sin hijos: éstas suelen estar más asentadas, la fase de enamoramiento inicial ha pasado y hay una relación mucho más madura, donde se amplia el espectro de intereses principales, dejando de ser el único foco la otra persona. Para estas parejas, el periodo estival es también bastante agradable: ambos conocen muy bien los gustos de la otra persona e intentan organizar unas vacaciones mixtas, donde ambos disfruten juntos, pero también donde cada uno tenga su momento, sus necesidades e intereses personales cubiertos. Los destinos pueden ser variopintos, todo vale, y en este aspecto se centran exclusivamente en los deseos de cada uno de ellos; suelen ser destinos lejanos, si la parte económica lo permite. De algún modo, son conscientes de que dentro de unos años la familia se ampliará y esto hace que traten de disfrutar el momento vacacional actual al máximo. Se pretende descansar, divertirse y desconectar del día a día, y este objetivo es el que prima y por norma general se suele lograr.
Por último, las parejas con hijos pequeños. Sinceramente, he llegado a ver episodios verdaderamente desagradables, malas caras, alzamiento del tono de voz, que se escape algún cachete al hijo,… Es evidente que las circunstancias de estas personas son totalmente distintas, partimos de que en muchas ocasiones, estas relaciones se encuentran algo deterioradas; la llegada de los hijos siempre influye en la “salud” de la pareja; en el mejor de los casos requiere esfuerzos por ambos miembros de la pareja, aunque esto no siempre es así. El agotamiento, la falta de sueño, el no dedicarnos tiempo a nosotros mismos,… hace que nuestro carácter se enrarezca y no nos encontremos del todo bien con nosotros mismos.
A lo largo del año, cada miembro de la pareja reparte sus obligaciones y existe una mayor independencia entre ambos: trabajo, hijos, gimnasio, casa, compras,…
¿Qué ocurre cuando llegan las vacaciones y, ambos, pasan el 100% del tiempo juntos?.
De la fase de enamoramiento, ya casi ni se acuerdan, están cansados, un poco apáticos, con ganas de descansar porque están de vacaciones y es lo que quieren pero se sienten impotentes, frustrados porque no lo logran, ya que sus hijos requieren de su atención; y por supuesto, los priorizan. Además, les molesta no estar tan estupendos, físicamente hablando, como otros veranos, pero claro, es que no han tenido tiempo de cuidarse cómo deberían. Todo esto hace que haya una falta de paciencia exagerada entre ambos miembros donde no se permiten pasar ni una. El objetivo de estas parejas es disfrutar de unos días en familia y desconectar, pero sinceramente, tengo verdaderas dudas de que todas lo logren.
No obstante, siempre están las excepciones y, en este caso, ¿cuál es su secreto? Desde mi punto de vista son parejas maduras, que han ampliado la familia de un modo muy consciente, han analizado los pros y los contras. Han asumido que en los primeros años la vida cambia bastante y, a pesar de ello, han tomado la decisión de disfrutar plenamente de esos años que generosamente dedican a sus hijos. Son aquellas parejas cuya actitud siempre es positiva y a pesar del cansancio, la falta de sueño, los propios inconvenientes del día a día… lucen una sonrisa, tienen palabras bonitas para su pareja y sus hijos y saben cómo relativizar las cosas.
Sin duda, cada época tiene su encanto, yo te recomiendo que disfrutes de cada etapa al máximo, extrayendo lo positivo de ella. Y, cómo se aproximan las vacaciones de verano, me gustaría saber tu opinión, si te has identificado con alguno de los tipos de parejas que he mencionado en este post, si te has visto reflejad@ y cuál es tu experiencia, para saber si estás dentro de lo típico o por el contrario eres una excepción, en toda regla.
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