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Tengo 50 años y no encuentro trabajo

Hace un par de meses, sar visitó por primera vez mi consulta. Con 50 años venía bastante apesadumbrado, hacía varios meses que había perdido su trabajo, estaba sometido a una elevada presión familiar / personal y, también, cansado de postular a ofertas de numerosas webs de empleo en las cuales era descartado sin saber, en muchas ocasiones, muy bien el motivo. Los comentarios de las personas de su alrededor no ayudaban mucho a su ánimo, “todo está fatal”, “los buenos puestos no se ofertan”, “tienes una edad complicada”, “hay mucho enchufe”, “las empresas tienden a contratar a personas más jóvenes porque les pagan menos”,… frases que cada vez que escuchaba le llegaban al alma y lo desmotivaban.

Cuando nos enfrentamos a un momento duro, donde vemos que a causa de ese cambio que se ha producido, toda nuestra vida se puede tambalear, es fundamental guardar la calma, si bien complicado, es necesario.

Analizar la situación actual que vivimos, crear una estrategia para reconducir el problema, fijarnos fechas y por supuesto tener diseñado un “plan b”, nos ayudará a reducir la incertidumbre generada.

César, durante siete meses, se dedicó en cuerpo y alma a la búsqueda de empleo. Diariamente se conectaba durante varias horas, revisaba varias páginas web y optaba a aquellas ofertas que consideraba interesantes. Con el paso del tiempo y el desespero de la situación, César estaba postulando a puestos que a priori ya sabía que iba a ser descartado pero aún así lo hacía.

Le hacía sentirse mejor, evitando así toda aquella culpabilidad que muchas veces sentía. Llegaba a inscribirse en veinte ofertas de media al día. Cada vez estaba más hundido pues no tenía respuestas y el desespero se incrementaba.

Si bien César, inicialmente tenía la actitud correcta, no estaba llevando a cabo su búsqueda de empleo correctamente. No había una estrategia marcada. No tenía información profesional de cómo hacerlo teniendo en cuenta su edad, cargos anteriores y su formación académica. Tras siete meses, todo esto le estaba pasando factura.

Mi trabajo con César ha llevado dos meses; tras fijar un objetivo totalmente realistaacciones a emprender y valorar varias posibilidades alternativas de futuro profesional que le podrían interesar, empezó con su proyecto a medida de búsqueda de empleo donde había tareas a hacer y otras que quedaban totalmente prohibidas, ya que sólo entorpecerían el camino.

Cuando vivimos una situación negativa y novedosa que nos afecta directamente en algún ámbito de nuestra vida, nos sentimos desorientados y perdidos. Esto hace que pidamos consejo a demasiadas personas del mismo modo que también lo recibimos muchas veces sin solicitarlo. Cuidado porque las buenas intenciones no son suficientes.

César enseguida entendió que durante el proceso de búsqueda de empleo debía centrarse en su objetivo que, claramente, tenía definido y así lo hizo. Se focalizó en él. Le hizo sentirse seguro el tener una ruta definida con unos pasos establecidos y conforme iba avanzando su motivación aumentaba y su actitud volvía a ser la adecuada.

En este caso concreto, ha costado dos meses de trabajo duro y de una actitud perseverante. Lo mejor de todo es que se ha obtenido el resultado esperado y que César en dos semanas comienza un nuevo proyecto profesional que cubre sus expectativas.

Es evidente que hay momentos en nuestra vida donde nuestro espíritu de lucha se ve menguado pues intervienen demasiados factores, tenemos tantas incertidumbres, nos sentimos tan desorientados que es muy entendible, pero te doy un consejo, no caigas en la autocompasión ni en el victimismo. Sólo hay un camino posible para luchar contra los problemas y es afrontarlos, con o sin ayuda, pero afrontarlos y, por supuesto, creer en tus posibilidades.

Enhorabuena César!

4 Comments
  • victor
    Posted at 14:01h, 05 noviembre Responder

    Me siento totalmente identificado con tu artículo…………..gracias por intentar dar ánimos cuando no abundan.
    Gracias

    • Emma Trilles
      Posted at 11:39h, 08 noviembre Responder

      Buenos días Víctor, son ánimos además basados en la realidad. Hazme caso, se puede conseguir, no desistas … Te deseo mucha suerte en tu búsqueda de empleo.

  • Pingback:Cuando la felicidad supone cruzar la raya | Emma Trilles
    Posted at 11:41h, 17 noviembre Responder

    […] tras leer mi último artículo “Tengo 50 años y no tengo trabajo” en el que hablaba sobre la experiencia real de uno de mis pacientes, me pidió que hiciera […]

  • Susana
    Posted at 21:12h, 05 noviembre Responder

    Es una realidad, y para muchísimas personas. Y no es sólo a los cincuenta, yo tengo sesenta y no tengo actividad laboral remunerativa y constante desde hace muchos años, desde mucho antes que cuando tenia cincuenta. Motivos, varios, los chicos chiquitos de bastante grande que los queria y los tenia que atender yo y no habia una mamá no habia abuelas para ayudar, de mucha falta de empleos ofrecidos, mucha demanda, mucha discriminación por edad, problemas personales familiares, falta de Capital semilla, problemas de salud. No hacen falta ideas, las hay. Hace falta por un lado encontrar trabajo en relacion de dependencia, ahora menos horas, y por el otro lado poder tener dinero y realizar actividad de trabajo independiente. Traté de capacitarme, también trabajé en algunas empresas como administrativa, realizé algunos microemprendimientos que no me interesa seguir haciendo. Pero hay conocimientos que olvidé, otros que me faltaron completar, y una actitud proactiva que me faltó tener siempre y mejor, sumado a no sentirme bien de salud siempre (me atiendo de algunas cositas) y enfocada en situaciones problemáticas vividas que me produjeron mucha mucha angustia, y ahora mal porque no puede salir adelante, con soledad, sin ingresos, dependiendo de mis hijos, y con bronca de lo que pueden decir los demás a quienes no les pido consejos. Se necesita salud ingresos y entusiasmo para salir adelante y saber que estamos vivos. Abrazos y saludos. Susana – CABA

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