28 Oct Mi reflexión de hoy, 28 de octubre de 2014

Es curioso analizar como las personas evolucionamos con los años, como cambian nuestros puntos de vista, nuestras prioridades, nuestro carácter, nuestros objetivos en la vida e incluso, en ocasiones, alguno de nuestros principios. ¿Consideramos esto como algo malo? Evidentemente no.

Deberíamos partir asumiendo que la evolución es incontrolable. La vida está en constante cambio y las personas también lo estamos; deberíamos verlo, vivirlo y sentirlo desde la más absoluta normalidad.

En ocasiones, las transformaciones que se producen en nuestra existencia surgen por la inercia de la vida;  ésta nos arrastra y de algún modo nos vemos obligados a cambiar, muchas veces  por pura supervivencia, sin ni siquiera plantearnos nada al respecto. Algo más complicado es iniciar un cambio por iniciativa propia, aún sabiendo que es necesario para equilibrar nuestra vida.

Muchas de las personas con las que hablo viven frustradas, porque son conscientes de que necesitan un cambio vital pero, por desgracia, el miedo es un gran bloqueo que sin duda les paraliza.  El cambio es inseguridad,  incerteza, es posibilidad de que las cosas vayan a peor, es salir de la zona de confort, es ser cuestionados, … pero también está la otra cara; es evolución, crecimiento, madurez, ….

Hoy me gustaría animar a una gran persona a que no espere más tiempo a que la vida le obligue a dar pasos; que confíe en sí mismo, en su fuerza, en sus sueños,…