05 Mar Renovarse o “Morir”
Renovarse o Morir es uno de los muchos refranes que incluye nuestro Refranero Español; es curioso cómo si vas leyendo uno a uno los refranes que incluye, independientemente de la fecha de origen (algunos se remontan a la Edad Media), todos y cada uno de ellos sigue teniendo sentido en nuestros días; sin duda son una gran fuente de sabiduría popular atemporal.
Volviendo a lo que nos incumbe “Renovarse a Morir”; La transformación, la evolución en las personas es algo natural y necesario para el crecimiento, el desarrollo personal y la mejora continua humana. Sólo tenemos que hacer un acto de reflexión; mirar atrás y pensar en aquel/lla joven adolescente que fuimos en el pasado y en la persona adulta en la que nos hemos convertido; sin duda han habido muchos cambios; algunos/as de vosotros/as seguro que ni siquiera os reconocéis. Muchos de estos cambios habrán sido involuntarios, la propia vida nos ha ido guiando y nos hemos ido adaptando por supervivencia; otros muchos habrán sido voluntarios; con una clara conciencia del objetivo que queríamos alcanzar.
Hoy me gustaría hablaros de una muy buena amiga, alguien a quien hoy en día puedo afirmar que conozco a la perfección, una persona a lo largo de su vida ha dedicado mucho esfuerzo en trabajar su personalidad para alcanzar su objetivo personal.
Llegado a este punto me gustaría hacer un pequeño inciso que os ayudará a comprender mejor lo que os quiero trasmitir. Es importante para ello diferenciar entre TEMPERAMENTO, CARÁCTER Y PERSONALIDAD. El temperamento es innato, está determinado por la herencia, por nuestros genes y es muy difícil de cambiar o modificar; es la parte más básica de nuestro comportamiento (nuestro “instinto”). El carácter se forma por la combinación de varios factores: nuestro entorno familiar (valores, educación…), nuestra cultura, nuestras vivencias, nuestra sociedad (sentimientos, actitudes),….. Si bien nuestro carácter está condicionado por nuestro temperamento, éste sí se puede modificar. Por último, la personalidad es la combinación del carácter y el temperamento; es el cómo nos comportamos y nos mostramos a los demás. Por supuesto, podemos trabajar para mejorar nuestros rasgos de personalidad.
Bien, volvamos a mi amiga; os resumo, hija única, siempre fue una niña y una adolescente introvertida, con escasos amigos, con gran empatía y atracción hacia las personas, pero siempre prefiriendo pasar desapercibida, con algunos complejos y en general insegura y solitaria. Las primeras dos décadas de su vida las vivió siguiendo el patrón de conducta propio de una persona con el carácter comentado. Sin esforzarse por salir de su zona de confort; a pesar de que ella era consciente de que debía evolucionar, mejorar sus habilidades sociales, ser capaz de mostrar su empatía, poder expresar sus sentimientos abiertamente…; ella estaba acomodada, le costaba y le asustaba mucho dar el paso.
Los años pasaron, acabó sus estudios universitarios y encontró un primer empleo; en ese mismo momento sufrió su primera transformación de personalidad. No tuvo más remedio; ella era consciente de que o bien se adaptaba a las nuevas circunstancias de su vida o fracasaría (”Renovarse o morir”); se lo tomó muy en serio, se esforzó mucho y comenzó una importante labor de transformación de carácter; tras mucha labor personal, poco a poco logró mostrarse más extrovertida, más habilidosa en grupos sociales, ganó seguridad a la hora de asistir a actos públicos y relaciones sociales ….. Fue un proceso lento, pero no tuvo pausa, en ese momento ella tenía claro su objetivo, fue un desarrollo general de sus habilidades sociales que le permitió adquirir una mayor seguridad en sí misma, viéndose y sintiéndose capaz de mejorar en aquellas competencias que jamás pensó desarrollaría.
Quince años después; las circunstancias de la vida hicieron que mi amiga tuviera que tomar una decisión importante y de algún modo difícil para ella; un nuevo cambio significativo provocado por circunstancias personales y profesionales. Mi amiga se armó de valor y avanzó de nuevo, dio un nuevo paso, inició una nueva evolución personal que le supuso de nuevo salir de su zona de confort e iniciar una nueva etapa de su vida, donde se ha visto felizmente obligada a transformarse, reinventarse y a seguir luchando y creciendo.
Hoy en día mi amiga sigue teniendo su temperamento introvertido, vergonzoso, algo inseguro …… pero tanto su carácter como su personalidad han evolucionado adaptándose a las circunstancias que ha ido viviendo, logrando un desarrollo personal acorde a lo que ella esperaba y quería conseguir. Hoy mi amiga sabe que puede lograr lo que se proponga y es feliz.
En estos tiempos que corren, si hay algo que no debemos hacer es acomodarnos en nuestra zona de confort. Hoy más que nunca hemos de renovarnos y adaptarnos al entorno cambiante en el que nos ha tocado vivir; es más, debemos afrontarlo con ilusión, positivismo y alegría porque cambiar significa estar y sentirnos vivos.
Trini Sempere
Posted at 09:36h, 06 marzoEmma,
Me ha encantado tu artículo, me ha hecho reflexionar mucho. Eres genial. Gracias
Emma Trilles
Posted at 10:03h, 06 marzoMe alegro mucho. Muchísimas Gracias Trini. Un beso
Pablo C.
Posted at 11:07h, 06 marzoYo tambien soy un ejemplo de que podemos cambiar nuestro carácter y nuestra personalidad. Animo a todo aquel que no esté a gusto consigo mismo a dar el paso de evolucionar de la mano de un experto. Saludos y gracias por tu blog.
Emma Trilles
Posted at 11:18h, 06 marzoGracias por tu comentario y tu mensaje de ánimo Pablo. Un saludo.